lunes, 7 de marzo de 2016

A MIS DOS ANGELITOS!!!


Si! En honor a ustedes dos, los concebidos y no nacidos!!!  El primero en Mayo y el segundo en septiembre de 2015, ambos no nacidos, les digo como me explicó mi doc, uno anembrionado y el otro ectópico. Así los llamaron.

Aproximadamente entre abril y mayo de 2015, tu papá y yo llegamos a la consulta de la Dra. para el control que correspondía realizar. Viendo un saquito gestacional ubicado en útero, mi doctora buscaba latido y no escuchamos, ya era el momento que ocurriera y no ocurrió. Acto seguido, hay que extraerlo. Gancho al hígado. Ese fue mi anembrionado.

En septiembre de 2015, voy a emergencia de la clínica con un fuerte dolor abdominal, confuso, que terminó en un quirófano por un embarazo ectópico.

Al principio ni entendía, porque los nervios me pusieron hasta confusa; pudo haber sido y no fue así, un amor insatisfecho, un gran pesar, una presencia constante, la búsqueda de perdón...Y aquel miedo, que no me ha dejado desde ese día. Porque fue un 21 de septiembre de 2015 que por primera vez no entendía una realidad inminente, un quirófano.  Una agonía dolorosa y llena de rabia por la imprecisión del momento.

En mi vida había sentido tanta confusión, nunca el dolor había sido tan grande, y aquella pregunta que me repetía a mi misma: ¿no estarás llorando por el bebe? ¿si ni siquiera era un bebe?, porque en el arte de juzgarme soy pionera.

Y aquella noche del 21, de emergencia me vistieron de verde, y aquel susto, gracias a Dios llegó Deisi, confieso que me calmé, sentí seguridad, porque no conocía ningún Dr. de los que me iban a operar, y pues eso disparaba mis niveles de ansiedad.  Finalmente ocurrió, me operaron, y fue extraído aquel embarazo ectópico.

A partir de entonces llevo un recuerdo amargo y una ilusión dormida, mi anembrionado y mi ectópico. Y como dice Alejandra Guzmán, con los ojos húmedos yo esperaba. Y dentro de mi ignorancia, en la espera le rogaba al cielo que los dejara llegar lejos, restaba sin parar los días del calendario. No fue así.

Te escribo hoy mi Chu, no he podido darte un hermanito. Pero como dice Leonardo Padrón, la esperanza es un talento!
Con Amor,

Tu mamá


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